La ciberseguridad no atañe solo a nuestros datos o se refiere solamente a lo que nos puede perjudicar como usuarios, sino que también abarca otros ámbitos, como pueden ser las noticas falsas o fake news. ¿sabías que para 2022 se van a consumir más noticias falsas (bulos) que reales? Esta información se agrava con el siguiente dato: el 86% de los españoles no reconoce las fake news. ¿Cuántas noticias falsas crees que leemos al día? ¿Qué medidas se podrían implantar a los medios de comunicación para luchar contra este vacío en ciberseguridad? ¿Qué efectos tienen las noticas falsas?
Todo el consumo de fake news viene derivado de una decadencia y falta de moral generalizada en la sociedad actual. EL principal problema es que se ha llegado a un punto en el que muchos medios sometidos al poder de entes superiores están dispuestos a verter noticias falsas o contenido vacío de realidad para contentar a estos grandes poderes y manipular a la sociedad en la medida en la que esta se está dejando engañar por las noticias verosímiles pero irreales que se lazan cada día desde más medios de comunicación. ¿La solución? Educar para el espíritu crítico y fomentar el debate y contraste de ideas o lecturas con el fin de no caer en estos engaños y manipulaciones colectivas.
Los medios de comunicación deberían revisar su código deontológico y su afinidad al clickbait para generar titulares objetivos y tratar la información con el menor sesgo posible. En la mundo digital actual los códigos de una noticia fake y una noticia (sesgada) de un medio tradicional son los mismos. Entonces, ¿cómo vamos a aprender a diferenciar una noticia falsa de una real?
Yo más bien diría ¿Cuántas noticias reales leemos al día? Y respondo, cada vez menos , porque cada vez hay más gente que se desconecta de los medios de comunicación por puro hastío. Sobra información , hace falta más desconexión de los medios y más tiempo de convivencia, naturaleza y reflexión.
Es triste que sea tan fácil manipular a los individuos en un algoritmo interminable en el que nunca ganarán la partida. Creo que estamos predispuestos a que nuestro consumo de información y recursos sea incesante. Estamos tan acostumbrados al flujo constante y a la disponibilidad de información que sería extraño que de repente no tuviéramos ese acceso. Por último, también creo que el consumo de esta información está aquí para polarizar nuestras opiniones, sean las que sean. Nos ciegan, forman ideologías en nuestras mentes (y refuerzan esas ideas), moldean nuestra forma de actuar y pensar, entre otras muchas cosas.
Incluso si el objetivo de internet y las redes sociales no era intencionalmente la creación de más controversias políticas y sociales, ahora son responsables de ello. Consumimos incesantemente su información, por lo que inconscientemente moldean nuestras creencias y comportamiento. La forma en que enmarcan las noticias es la misma en la que las leeremos. Luego depende de nosotros si decidimos cuestionarlas o no.
Desde una perspectiva realista, los gobiernos pueden aumentar esta polarización con el objetivo de beneficiarse a sí mismos y a sus votos; las empresas digitales pueden crear más contenido para nosotros para mantenernos enganchados a sus páginas web. Así que debemos ser racionales y animarles a que dejen de cazar tantos datos y, en cambio, hagan más por la salud humana y las dificultades de comunicación.
Todo el consumo de fake news viene derivado de una decadencia y falta de moral generalizada en la sociedad actual. EL principal problema es que se ha llegado a un punto en el que muchos medios sometidos al poder de entes superiores están dispuestos a verter noticias falsas o contenido vacío de realidad para contentar a estos grandes poderes y manipular a la sociedad en la medida en la que esta se está dejando engañar por las noticias verosímiles pero irreales que se lazan cada día desde más medios de comunicación. ¿La solución? Educar para el espíritu crítico y fomentar el debate y contraste de ideas o lecturas con el fin de no caer en estos engaños y manipulaciones colectivas.
Los medios de comunicación deberían revisar su código deontológico y su afinidad al clickbait para generar titulares objetivos y tratar la información con el menor sesgo posible. En la mundo digital actual los códigos de una noticia fake y una noticia (sesgada) de un medio tradicional son los mismos. Entonces, ¿cómo vamos a aprender a diferenciar una noticia falsa de una real?
Yo más bien diría ¿Cuántas noticias reales leemos al día? Y respondo, cada vez menos , porque cada vez hay más gente que se desconecta de los medios de comunicación por puro hastío. Sobra información , hace falta más desconexión de los medios y más tiempo de convivencia, naturaleza y reflexión.
Es triste que sea tan fácil manipular a los individuos en un algoritmo interminable en el que nunca ganarán la partida. Creo que estamos predispuestos a que nuestro consumo de información y recursos sea incesante. Estamos tan acostumbrados al flujo constante y a la disponibilidad de información que sería extraño que de repente no tuviéramos ese acceso. Por último, también creo que el consumo de esta información está aquí para polarizar nuestras opiniones, sean las que sean. Nos ciegan, forman ideologías en nuestras mentes (y refuerzan esas ideas), moldean nuestra forma de actuar y pensar, entre otras muchas cosas.
Incluso si el objetivo de internet y las redes sociales no era intencionalmente la creación de más controversias políticas y sociales, ahora son responsables de ello. Consumimos incesantemente su información, por lo que inconscientemente moldean nuestras creencias y comportamiento. La forma en que enmarcan las noticias es la misma en la que las leeremos. Luego depende de nosotros si decidimos cuestionarlas o no.
Desde una perspectiva realista, los gobiernos pueden aumentar esta polarización con el objetivo de beneficiarse a sí mismos y a sus votos; las empresas digitales pueden crear más contenido para nosotros para mantenernos enganchados a sus páginas web. Así que debemos ser racionales y animarles a que dejen de cazar tantos datos y, en cambio, hagan más por la salud humana y las dificultades de comunicación.